En este capítulo de ABRAHAM: José siente que la esposa de Potifar está pretendiéndolo y que realiza cosas para provocarlo.
Una de las siervas se le insinúa a José pero él le deja claro que no tiene ese interés en ella, en eso, la señora Neferiades, le dice a José que puede utilizar la piscina cuando quiera, lo que pone a pensar a la sierva el porque José tiene tantas atribuciones y los otros no.
Asenath y José se vuelven a ver y se ponen muy nerviosos.
Judá vuelve a casa junto a Muriel para que su padre les dé la bendición.
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