Desde hace unos días, los Boston Celtics son el equipo más laureado de la NBA. Los de Massachusetts cumplieron con los pronósticos de las apuestas en directo de baloncesto, y consiguieron su anillo número 17, para distanciarse de los Lakers.
Nacido el 7 de diciembre de 1956 en Indiana, el eterno 33 de los Celtics es una de las figuras más emblemáticas de la historia del baloncesto. Su carrera profesional, íntegramente desarrollada en los Boston Celtics, dejó una huella imborrable en la NBA y en la franquicia de Massachusetts. Bird, conocido por su apodo "Larry Legend", se destacó no solo por su habilidad en la cancha, sino también por su competitividad feroz, su inteligencia táctica y su liderazgo.
Su historia, en la mejor liga de la canasta del planeta, comienza cuando fue seleccionado por los Boston Celtics como la sexta elección en el Draft de la NBA de 1978. Aunque optó por jugar un año más en la universidad, su impacto fue inmediato cuando finalmente se unió al equipo en la temporada 1979-80. Bird rápidamente se estableció como una fuerza dominante en la liga, ganando el premio al Novato del Año y llevando a los Celtics a los playoffs, una muestra temprana de lo que vendría.
La década de los 80 fue testigo del dominio de los Boston Celtics, y Larry Bird fue el motor de ese éxito. Con Bird en la cancha, los Celtics se convirtieron en un equipo formidable. Su rivalidad con Magic Johnson y Los Ángeles Lakers definió una era dorada para la NBA, atrayendo a millones de aficionados y elevando el perfil de la liga. Tres anillos de campeón (1981, 1984 y 1986), y muchos títulos individuales, convierten a Bird en una auténtica institución en toda la liga.
Larry Bird era un líder nato. Su ética de trabajo y su deseo insaciable de ganar inspiraron a sus compañeros y aterrorizaban a sus oponentes. El 33 jugaba con una intensidad y un deseo de competir que definían su carácter. No solo quería ganar; quería dominar y dejar claro quién era el mejor en la cancha.
Pasan los años en la NBA y siguen apareciendo nuevos talentos que hacen crecer a la liga y a sus equipos. Pese a ello, hay leyendas del baloncesto que nunca pasan de moda en su franquicia, y por muchas temporadas que transcurran siempre son recordados como si estuvieran en activo. Para muestra, Larry Bird y su iración dentro de los Celtics de Boston.