La decisión de Gran Bretaña de desprenderse de la Unión Europea le genera principalmente problemas económicos. Pero también amenaza las alianzas financieras que impulsaron décadas de prosperidad en Occidente tras la Segunda Guerra Mundial. 1e1t6z
Y también podría poner en peligro una economía global que ya se tambalea.
El voto por el Brexit es "solo un capítulo más en una historia global mucho más grande", en la que Europa, Estados Unidos y otras naciones de Occidente cooperan menos, sufren pesares económicos y ven cómo su papel en el mundo disminuye, escribió Megan Greene, economista en jefe para Manulife Asset Management.
Greene y otros analistas advierten que las complicadas consecuencias del voto por el Brexit podrían perjudicar a la Unión Europea, que ha promovido la cooperación posguerra y el libre flujo comercial, de oportunidades laborales y la inmigración a través de Europa.
Ya existen llamados para un referendo sobre su membresía en la UE en Francia y Holanda. El descontento con la Unión Europea también se agrava en Italia, Suecia y Hungría.
Gran Bretaña enfrenta presiones de una división en su interior. Los votantes en Escocia e Irlanda del Norte, ambos del Reino Unido, estuvieron abrumadoramente a favor de permanecer en la Unión Europea. Los líderes nacionalistas en ambas naciones han prometido abandonar el Reino Unido si es lo que se necesita para permanecer en la Unión Europea. Muchos votantes en Escocia e Irlanda del Norte valoran los beneficios económicos de su pertenencia en el bloque. En Irlanda del Norte, algunos temen que la pérdida de su membresía signifique el restablecimiento de los puntos de revisión de seguridad en su frontera con Irlanda.
La Unión Europea y otras instituciones posguerra tenían el objetivo de promover la identidad europea, que reemplazaría al nacionalismo tóxico que provocó las guerras en 1914 y 1939. Y hasta mediados de la década de 2000 parecía tener éxito, dijo la economista de la Escuela Kennedy de Gobierno en Harvard, Carmen Reinhart. Se derribaron los obstáculos comerciales y migratorios al interior de Europa. En total, 19 países adoptaron una moneda común, el euro.
Luego ocurrió la crisis financiera global de 2008, que reveló que países como Grecia y la periferia europea habían pedido préstamos de manera imprudente. Países acreedores, encabezados por Alemania, tomaron una estricta postura para lidiar con lo que veían como vecinos despilfarradores. Resurgieron viejas fricciones.
La vacilante respuesta de la Unión Europea a las deudas, y a la crisis de refugiados provenientes de Siria y otros lugares, minó la confianza de las instituciones europeas. La desconfianza surgió en un momento en el que millones de británicos y trabajadores europeos se rezagaron por la lenta recuperación tras la crisis financiera. El sueldo promedio en el Reino Unido permanece 7% por debajo de los niveles de 2008 una vez ajustado a la inflación, según el economista de la Universidad Dartmouth, David Blanchflower.
La socióloga de la Universidad Cornell, Mabel Berezin, quien estudia la política europea, ve el Brexit como "un presagio de una mayor disolución. Europa, tal y como la conocemos, está de salida".
A muy corto plazo, las consecuencias del voto del Brexit tienen como destino disminuir el crecimiento económico en la región y más allá.
La economía global tiene poco margen de error. Incluso antes de la votación, el pronóstico de crecimiento de la economía mundial, según el Banco Mundial, era apenas de 2,4% este año. Fue la más reciente en una serie de reducciones por parte de las instituciones que monitorean la economía internacional.
"Es un momento peligroso, porque ya se está volando a ras de suelo", dijo Reinhart. "No se necesita de una auténtica catástrofe para colocarse en un muy mal lugar".
"Una separación de la Unión Europea podría llevar nuevamente a la economía global a una recesión", afirmó Greene.
FUENTE: AP