Este jueves el Palacio de Buckingham ha informado que la reina Isabel II presenta algunos problemas de salud que la han obligado a permanecer en cama bajo supervisión médica en el castillo de Balmoral, en Escocia, mientras sus cuatro hijos se han desplegado para estar a su lado.
El protocolo, que se hizo público a través de una filtración en 2021 y lleva por nombre "Operación London Bridge", fue concebido por primera vez en la década de 1960 e incluye además la "Operación Spring Tide", un plan para el inmediato de Carlos al trono, aunque su coronación unos meses después.
La acción comprende también "una vasta operación de seguridad para gestionar multitudes sin precedentes y el caos de los viajes" que podría desbordar Londres, llevando a la ciudad a estar "llena" por primera vez en su historia, así como un debate sobre cómo hacer frente a las multitudes debido a la crisis sanitaria por el COVID-19.
El cronograma se extendería por diez días, entre la muerte de la reina Isabel II y su funeral. El día del deceso será catalogado "Día D", y cada día posterior se denominará "D+1", "D+2", etc.
Entre los detalles completos de la "Operación London Bridge" y la "Operación Spring Tide", destacan:
Las llamadas y los correos electrónicos se enviarán a varios departamentos y se pedirá a los secretarios permanentes que utilicen una determinada redacción para dar la noticia. "Estimados colegas, les escribo con tristeza para informarles del fallecimiento de Su Majestad la Reina", reza un guión. En 10 minutos, las banderas de todo Whitehall deberán bajar a media asta.
El sitio web de la familia real cambiará a una página negra de retención con una breve declaración confirmando la muerte de la reina, mientras que la página en Internet del gobierno del Reino Unido y todas las redes sociales mostrarán un banner negro. "El contenido no urgente no debe ser publicado" y "los retuits están explícitamente prohibidos a menos que sean autorizados por el jefe de comunicaciones del gobierno central", señala el plan.
La familia real anunciará el programa del funeral de la reina, el primer ministro mantendrá una audiencia con Carlos y el nuevo rey pronunciará un discurso a la nación a las 18.00 horas.
La reina permanecerá tres días en el Palacio de Westminster, mientras el gobierno se enfrasca en la planificación del funeral.
El Ministerio de Asuntos Exteriores tendrá que organizar la llegada de jefes de Estado y personalidades, mientras que el Ministerio del Interior deberá organizar la seguridad y hacer frente a cualquier preocupación por el aumento de la amenaza terrorista.
El Departamento de Transporte ha planteado el desborde de las calles de Londres por las multitudes que probablemente desciendan a la ciudad, con un memorando en el que se advierte a los hoteles y restaurantes, las carreteras, el transporte público, la policía, la sanidad y los servicios básicos que podrían verse "al límite".
El día del funeral será declarado de luto nacional, se guardarán dos minutos de silencio en toda la nación a mediodía y habrá procesiones en Londres y Windsor.
La reina será enterrada junto a su difunto esposo, el príncipe Felipe, en la capilla conmemorativa del rey Jorge VI del castillo de Windsor.