La etapa de su vida en que Robbie Williams afrontaba las típicas celebraciones navideñas sin saber muy bien dónde amanecería al día siguiente quedó atrás hace mucho tiempo, en concreto cuando conoció a su esposa Ayda Field días antes de ingresar en rehabilitación y se prometió que se convertiría en el hombre que ella merecía.
Trece años más tarde, la pareja ha formado una idílica familia con sus tres hijos -Teddy (7), Charlie (5) y Coco (1)-, pero las mañanas del 25 de diciembre siguen siendo una pesadilla para el cantante.
En la actualidad los dolores de cabeza que marcan el inicio de esa jornada no se deben a la resaca, sino a los madrugones que le obligan a darse sus retoños para abrir cuanto antes los regalos que se apilan debajo del árbol. Cualquier padre o madre con niños de edades similares a los suyos podrá identificarse con su situación y ahora Robbie ha querido compartir con todos ellos la brillante idea que ha tenido para ganar unas horas de sueño ese día.
"Lo que puede que haga es no avisarles de que es Navidad para que no se levanten de la cama demasiado pronto por culpa de la emoción, y cuando sea una hora prudencial les diré: 'Sorpresa, ¡ha venido Papá Noel!'", ha desvelado durante una entrevista al periódico Daily Star.