Los reyes de España, Felipe VI y doña Letizia, así como sus predecesores en el cargo, Juan Carlos I y doña Sofía, acudirán el próximo miércoles al Real Monasterio de El Escorial de Madrid para rendir homenaje a la infanta Pilar de Borbón en el marco de un funeral que, aunque no será de estado, se verá sin duda marcado por la formalidad y el protocolo ligados a la naturaleza del acto y, por supuesto, a su condición de duquesa de Badajoz, fallecida el pasado 8 de enero.
El servicio religioso dará comienzo a las doce del mediodía y en él se espera la presencia de otros de la familia real, como la infanta Elena y la infanta Margarita -hermana de la fallecida-, además de la de los hijos y nietos de doña Pilar, quien ya expresó en el pasado su deseo de ser enterrada en el cementerio de San Isidro de Madrid y junto a su esposo Luis Gómez-Acebo, quien murió en 1991.
De esta forma, la siempre carismática y castiza Pilar de Borbón romperá con una tradición centenaria de la monarquía española, la que indica que el lugar preferente para el descanso eterno de los infantes e infantas de España es el Pabellón de Infantes de El Escorial. Este gesto encaja, por otro lado, con su carácter sencillo y discreto, el que llevó a su familia a organizar el velatorio en su hogar y en la más estricta intimidad familiar.
Dos días después de la misa de El Escorial, la catedral de La Almudena de Madrid acogerá otro funeral -de mayor proyección pública- en memoria de Pilar de Borbón, aunque de cara a tal evento no ha trascendido información alguna sobre la posible asistencia de los actuales monarcas ni la de los reyes eméritos.