Hace un año, Ferguson, en el estado de Missouri, era una tranquila ciudad suburbana de clase obrera. La difícil relación entre la creciente población negra y la policía, en su mayoría blanca, apenas ocupaba titulares en la prensa local. 554l5t
Todo eso cambió el 9 de agosto de 2014, cuando un agente de policía blanco llamado Darren Wilson disparó y mató a Michael Brown, un joven negro de 18 años que estaba desarmado. La balacera originó el movimiento "Black Lives Matter" ("Las vidas de los negros importan").
Ahora el gobierno de la ciudad, y las propias calles, parecen muy diferentes.
La ciudad tiene un nuevo jefe de policía, un nuevo y un nuevo juez municipal — todos negros que sustituyeron a líderes blancos. Todos los agentes de Ferguson llevan cámaras corporales en sus uniformes. El consejo municipal tiene también nuevos , muchos de ellos negros. Y el distrito comercial, que el año pasado estuvo en el centro de las protestas, se reconstruye lentamente.