Las peleas de gallos son un pasatiempo popular en Haití, donde los combates semanales atraen a un buen número de espectadores ansiosos por algo de emoción y por la promesa de una gran recompensa económica. 321e3n
Este deporte con siglos de antigüedad, en el que se enfrentan dos gallos en combates que suelen terminar con la muerte de uno de ellos, está vilipendiado en Estados Unidos, donde es ilegal. Pero es una actividad entre los haitianos, especialmente en los vecindarios más humildes y en zonas rurales del país más pobre del hemisferio.
Sus aficionados lo defienden alegando que es parte de la cultura de la isla.
En la sala de peleas Route Freres, en Petionville, jaulas para gallos de fabricación casera incluyen el lema en francés: "Si necesita el respeto de la gente, primero tiene que respetarse a usted mismo".
En la arena Morne Hercule, los hombres gritan sus apuestas y lanzan billetes mientras los gallos se preparan para luchar.
Las peleas de gallos forman parte de una cultura del juego que incluye la lidia de toros y los "borlettes", unos puestos pintados con colores brillantes donde pueden escucharse los números premiados en la lotería del estado de Nueva York. Para personas que viven con menos de dólares al día, como muchos de los haitianos, la posibilidad de ganar dinero con apuestas en peleas de gallos o en la lotería es uno de los principales atractivos.