Dos extremistas antigobierno trataron de desatar una “segunda revolución estadounidense” secuestrando a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, dijo el fiscal a los jurados el miércoles, en la segunda oportunidad del gobierno para conseguir veredictos de culpabilidad por un complot para causar caos en el país antes de la elección presidencial de 2020.
La fiscalía presentará de nuevo conversaciones y video grabados secretamente, mensajes de texto y en redes sociales para mostrar que una banda de extremistas planeaba secuestrar a la gobernadora demócrata.
La defensa, a su vez, insiste en que no hubo realmente una conspiración. Atacará las motivaciones de los agentes encubiertos del FBI y los informantes que infiltraron el grupo y armaron la investigación.
Fox, de 39 años, vivía bajo una tienda de aspiradoras en el área de Grand Rapids, Michigan; y Croft, de 46, reside en Bear, Delaware. Los dos se mantuvieron regularmente en o con otros extremistas que estaban furiosos con Whitmer y varios funcionarios públicos por las restricciones contra el coronavirus.
Pero el asistente de la fiscalía general, Christopher O’Connor, dijo que las semillas del plan fueron plantadas antes de la pandemia.
Antes que Fox y Croft “planearan y se entrenaran para secuestrar a la gobernadora de Michigan, ellos buscaban una segunda revolución estadounidense”, les dijo O’Connor a los jurados. “Ellos querían derrocar violentamente a funcionarios electos porque pensaban que esos funcionarios eran tiranos que violaban constantemente sus derechos. Barry Croft creía que todo lo que se necesitaba para iniciar esa revolución era ahorcar a un gobernador”, dijo el fiscal. Ése fue un llamado a la acción a inicios de 2020… su promesa a los funcionarios electos, los tiranos: espérennos”.
Fox y Croft están acusados de dos cargos de conspiración, Croft enfrenta además un cargo de armas de fuego.
El abogado de Fox, Christopher Gibbons, les dijo a los jurados que la fiscalía había imputado a “habladores”.
“Adam Fox es un ciudadano estadounidense. Pudiera no ser lo mejor de nosotros. No pienso que sea lo peor de nosotros”, dijo Gibbons. “Pero, al igual que todos nosotros, tiene el derecho a una opinión. Tiene el derecho a no tener un hogar y ser pobre en la tienda de aspiradoras en medio de la pandemia, a estar frustrado y furioso… Es feo, pero no es un crimen”.
FUENTE: Associated Press