Una peculiar escena se desarrolló el lunes frente al Malecón de La Habana después de que los guardacostas cubanos interceptaron a casi una docena de personas que viajaban a bordo de una balsa de fabricación casera que llevaba pintada una bandera de Estados Unidos.
Muchos de estos migrantes a menudo parten en balsas desde zonas remotas de la isla en medio de la oscuridad para evitar ser atrapados.
El lunes, The Associated Press y varios otros periodistas que intentaban descifrar lo que estaba sucediendo, veían mientras los pasajeros eran retirados de la balsa a plena luz del día, a menos de 500 metros de la embajada de Estados Unidos frente al Malecón.
La Guardia Costera entonces arrastró la balsa sobre el Malecón mientras detrás iban los periodistas para darle seguimiento al incidente. Uno de los testigos les gritó: “¡Deja que se vayan!” Muchos cubanos presentes parecían confundidos con lo que estaba sucediendo.
El Centro de Prensa Internacional de Cuba reconoció en un mensaje de texto que los hechos habían ocurrido, pero dijo que no podía dar más detalles.
El básico a la información es raro en Cuba y la realidad se puede mezclar con la imaginación. Pero el incidente ocurrió en un momento notable.
El mes pasado, el gobierno negó enfáticamente haber causado la muerte de siete personas, entre ellas una niña de 2 años, luego de que su Guardia Costera chocó contra una embarcación de migrantes que viajaba por la noche. Algunos de los sobrevivientes acusaron al gobierno de arremeter contra la balsa en repetidas ocasiones.
La mayoría de los emigrantes cubanos buscan entrar en Estados Unidos a través de su frontera con México, en donde hubo 221.000 detenciones de cubanos en el año fiscal, un 471% más que en 2021, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
Esa migración, aunada a la reanudación de servicios consulares y de visado de Estados Unidos en la isla, han acelerado las pláticas entre ambos gobiernos, que tienen una relación históricamente tensa.
El diálogo más reciente ocurrió el fin de semana, cuando tres legisladores demócratas se reunieron con el presidente Miguel Díaz-Canel y otros funcionarios cubanos. Los legisladores regresaron a Estados Unidos el lunes, informaron funcionarios a la AP.
Las autoridades estadounidenses también mencionaron que en las reuniones se tocó el tema de la migración.
FUENTE: Associated Press