La Defensoría del Pueblo expresó su preocupación ante la pérdida de casi dos semanas de clases a nivel nacional, lo cual vulnera el derecho a la educación de niñas, niños y adolescentes, generando consecuencias significativas en el aprendizaje, la equidad educativa y el bienestar de la niñez y adolescencia.
En los últimos cinco años, la niñez y la adolescencia panameña han enfrentado múltiples interrupciones en el ejercicio de su derecho fundamental a la educación. De acuerdo con datos de la UNESCO, Panamá fue el país que más clases perdió durante la pandemia, con casi 211 días sin educación presencial. A ello se suman cerca de un mes de interrupciones en 2022 y aproximadamente 42 días en 2023.
"Recordamos que, de acuerdo con UNICEF, las escuelas deben ser los últimos lugares en cerrar y los primeros en abrir, ya que son espacios seguros, protectores y fundamentales para el desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes. Las escuelas ofrecen no solo educación, sino también apoyo psicosocial, alimentación y protección frente a múltiples riesgos que aumentan fuera del entorno escolar", destaca Defensoría.