Incluir a los padres en decisiones maritales puede parecer un gesto de confianza o una manera de buscar orientación en momentos difíciles. Sin embargo, esta práctica tiene el potencial de generar conflictos y tensiones dentro de la relación de pareja, poniendo en riesgo su estabilidad y autonomía.
Walter Hinojosa, psicólogo y terapeuta de parejas, explica que, en muchos casos, uno de los cónyuges permite que sus padres u otros familiares tengan un papel predominante en su relación. “Esto sucede con mayor frecuencia en los hombres, quienes a veces aceptan que sus madres, padres o incluso hermanos asuman un rol de autoridad en temas como las finanzas, la educación de los hijos o las dinámicas diarias del hogar”, señala Hinojosa. Este tipo de comportamiento no solo puede afectar la relación con la pareja, sino también perpetuar conflictos intergeneracionales.
Los riesgos de la interferencia familiar 1e451w
Cuando los padres influyen excesivamente en decisiones maritales, la pareja puede experimentar:
- Falta de autonomía: La relación se ve opacada por las opiniones externas, lo que dificulta que ambos cónyuges aprendan a resolver problemas por sí mismos.
- Resentimientos acumulados: Uno de los de la pareja puede sentirse marginado o desautorizado, lo que puede generar tensiones a largo plazo.
- Desconfianza: La intervención de terceros puede hacer que las parejas cuestionen la lealtad y la independencia de su relación.